Dios no ha hecho la muerte, ni se complace destruyendo a los vivos. Él todo lo creó para que subsistiera y las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo reina en la tierra. Porque la justicia es inmortal.
Dios creó al hombre incorruptible y lo hizo a imagen de su propio ser; más por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los de su bando.
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